Recrea historia sobre el poder y el dolor

Un dictador derrotado, dos víctimas de un amor que nunca pudo concretarse, la sed de venganza que permanece intacta durante décadas, el resquebrajamiento del poder y la imposibilidad de registrar el dolor. La novela Nunca volveré a Berlín (Plaza & Janés), del escritor y exdiplomático chileno Roberto Ampuero (1953), recrea una historia de espionaje, de amor, de suspenso y reflexión sobre “el gran debilitamiento que enfrenta Occidente”. Erich Honecker (1912-1994), el último dictador germano-oriental y el arquitecto político del Muro de Berlín, que mantuvo encerrados durante 28 años a 17 millones de alemanes, inspira la trama del libro. El narrador, comenta en entrevista, estuvo cerca de quien fue presidente de la República Democrática Alemana (RDA), de 1976 a 1989, cuando tenía el poder pleno; pero también cuando se cayó su régimen y, para su sorpresa, se estableció en Santiago de Chile, donde murió. “Lo vi cuando viví en Alemania oriental, era un jefe omnipotente. Después, cuando era periodista y trabajaba en