“Yo tenía que esconderme abajo de la mesa con las primeras telenovelas que vi en la casa de mi abuela, era a lo que teníamos acceso, o cuando nos llevaban al cine o al teatro”, recuerda entre risas Daniela Romo en entrevista. Ahora, a 60 años de esos tiempos en los que se interesaba a escondidas por las historias en televisión, sigue creyendo en ese formato que, dice, la unió con su familia, el mismo que fortaleció durante años a las familias de México y otros países a donde se exportaban las historias de Televisa. “Antes una familia compraba un televisor y tú (de niño) eras el control remoto, el que cambiaba los canales. Todos se juntaban para ver una cosa y después cada uno tenía un televisor en su cuarto. Ahora no importa, porque cada uno tiene su teléfono y ve cosas diferentes, ya no existe ese intercambio de ideas”, lamenta. Por eso, a sus 65 años, sigue motivada con el hecho de participar en proyectos como su actual telenovela Amor amargo, con el objetivo de reunir nuevamente a las familias y lograr que
Romo defiende las telenovelas
“Yo tenía que esconderme abajo de la mesa con las primeras telenovelas que vi en la casa de mi abuela, era a lo que teníamos acceso, o cuando nos llevaban al cine o al teatro”, recuerda entre risas Daniela Romo en entrevista. Ahora, a 60 años de esos tiempos en los que se interesaba a escondidas por las historias en televisión, sigue creyendo en ese formato que, dice, la unió con su familia, el mismo que fortaleció durante años a las familias de México y otros países a donde se exportaban las historias de Televisa. “Antes una familia compraba un televisor y tú (de niño) eras el control remoto, el que cambiaba los canales. Todos se juntaban para ver una cosa y después cada uno tenía un televisor en su cuarto. Ahora no importa, porque cada uno tiene su teléfono y ve cosas diferentes, ya no existe ese intercambio de ideas”, lamenta. Por eso, a sus 65 años, sigue motivada con el hecho de participar en proyectos como su actual telenovela Amor amargo, con el objetivo de reunir nuevamente a las familias y lograr que