Soy Frankelda

Existe un momento en Soy Frankelda (2025) que encapsula la esencia de la película: un número musical frenético donde el color, la luz y la forma alcanzan un clímax de pura creatividad. Es allí donde se percibe el esfuerzo artesanal y el amor desmedido que Arturo y Roy Ambriz, con el respaldo de Guillermo del Toro, imprimen en cada fotograma. Pero también es en ese instante donde emerge la paradoja central del filme: una narrativa que intenta seguir el ritmo de su deslumbrante superficie. Desde sus primeros minutos, la película se presenta con ambición descomunal. La historia transcurre en dos planos: el México virreinal, donde Francisca Imelda sueña con ser escritora en una sociedad que la limita por su género, y el Topus Terrentus, un reino fantástico que se alimenta de las pesadillas humanas. La propuesta de reflexionar sobre el proceso creativo y la censura es clara, aunque el guion no logra articular con fluidez ambos mundos. El resultado es una trama acelerada, cargada de información, donde los pers