Tatiana Huezo y su camino hacia El Eco

“Soy un tanto ermitaña y huraña, pocas veces vengo a la ciudad a encontrarme con colegas”, dice la directora de cine salvadoreña Tatiana Huezo al describirse a sí misma. Y eso es algo que confunde a quienes no la conocen, sobre todo a los medios de comunicación acostumbrados a que una cineasta o un realizador guste hablar de sus películas cuando están cerca de estrenarse o ganando premios. Tatiana no es así. De hecho, a la cuarta pregunta lanza un tímido “¿ya?” y da un paso para atrás en señal de querer retirarse, pero no lo hace. Continúa firme, como cuando su ojo ha seguido anteriormente el desarrollo de una niña perseguida en la ficción Noche de fuego o el destino triste de una mujer en el documental Tempestad. Hace más de un año llegó a Berlín, uno de los tres festivales de cine más importantes del mundo junto con Cannes y Venecia, y ganó con El Eco, documental sobre la vida de niños en un remoto pueblo del mismo nombre, donde cuidan de las ovejas y sus abuelos, pero en el que van entendiendo a la muerte,