Treinta años de una carta de amor al cine

“La vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil. ¡Márchate! ¡Regresa a Roma! Eres joven, el mundo es tuyo, yo ya soy viejo, no quiero oírte más, sólo quiero oír hablar de ti”. Esta es una de las frases con las que los amantes del cine, de la cinematografía italiana y aquellos que veneran las historias de amor, lloraron la primera vez que vieron Cinema paradiso, filme que lanzó en 1988 Giuseppe Tornatore. La cinta, que a lo largo del tiempo se ha consagrado como clásica de la cinematografía mundial, es descrita por muchos críticos y especialistas como una “carta de amor al cine”. Tornatore creó esta película con apenas 33 años y teniendo una cantidad enorme de recuerdos de su infancia y adolescencia en Bagheria, Sicilia, en la que respiró y transpiró cine todo el tiempo. “Cinema paradiso” era apenas el segundo largometraje de un realizador novato que pese a su corta edad y nula experiencia al mando de la cámara, tenía muchas ganas de brindar un nuevo aire al cine italiano que a lo largo de