La fecha límite para ver la exposición pictórica Sonidos y Silencios una mirada hacia el mundo maya de la maestra Martha Trujillo en el casa de la cultura Luis Alaminos Guerrero es el 3 de octubre. Ante ello, reiteran la invitación para ver cada una de las obras que integran la exhibición que fue inaugurada a inicios del mes de septiembre. De acuerdo al cartel que acompaña la exposición, detalla que “Sonidos y Silencios es una mirada inspirada en los momentos de paz de los Lacandones, descendientes directos de los mayas, que habitaron y protegieron la selva en su estado natural. Desde el susurro de las hojas al amanecer, el canto de la caracola al viento, hasta el eco lejano del jaguar, estos sonidos y silencios narran la conexión profunda entre los mayas y su entorno”. Añade que la muestra “también rinde homenaje a las mujeres tzotziles y tzeltales, tejedoras de huipiles que, mientras pastorean al sol, crean lienzos que cuentan historias de la tierra, de un legado vivo que cada tarde desenreda como las hebra
Última semana para ver Sonidos y Silencios
La fecha límite para ver la exposición pictórica Sonidos y Silencios una mirada hacia el mundo maya de la maestra Martha Trujillo en el casa de la cultura Luis Alaminos Guerrero es el 3 de octubre. Ante ello, reiteran la invitación para ver cada una de las obras que integran la exhibición que fue inaugurada a inicios del mes de septiembre. De acuerdo al cartel que acompaña la exposición, detalla que “Sonidos y Silencios es una mirada inspirada en los momentos de paz de los Lacandones, descendientes directos de los mayas, que habitaron y protegieron la selva en su estado natural. Desde el susurro de las hojas al amanecer, el canto de la caracola al viento, hasta el eco lejano del jaguar, estos sonidos y silencios narran la conexión profunda entre los mayas y su entorno”. Añade que la muestra “también rinde homenaje a las mujeres tzotziles y tzeltales, tejedoras de huipiles que, mientras pastorean al sol, crean lienzos que cuentan historias de la tierra, de un legado vivo que cada tarde desenreda como las hebra