"Me considero alguien metódica, rayando en lo aburrido, pero la cámara dice lo contrario", dice divertida Ana Valeria Becerril, actualmente la actriz joven con más personajes rebeldes en pantalla. La chica de 24 años tiene esa característica en la serie Control Z, y en los filmes Muerte el verano, de reciente estreno, y ahora en Mi novia es la revolución, que compite en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara. "Me estoy dando cuenta que eso me está pasando, aunque en mi vida no me considero rebelde", reflexiona sin dejar de reír. En Mi novia es la revolución, situada en 1993, interpreta a una adolescente que gusta del rock, se mete a las casas ajenas a robar y entabla una relación de amistad y amorosa con otra chica menor, apenas descubriendo la vida. Marcelino Islas es el director y su hija Sofía, de entonces 14 años, la coprotagonista. Había escenas donde Ana batallaba consigo misma: tenía la sensación de estar "maleducando" a su compañera de reparto y, por otro, le preocupaba que se le saliera la
Valeria Becerril sufre por ser "maleducadora"
"Me considero alguien metódica, rayando en lo aburrido, pero la cámara dice lo contrario", dice divertida Ana Valeria Becerril, actualmente la actriz joven con más personajes rebeldes en pantalla. La chica de 24 años tiene esa característica en la serie Control Z, y en los filmes Muerte el verano, de reciente estreno, y ahora en Mi novia es la revolución, que compite en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara. "Me estoy dando cuenta que eso me está pasando, aunque en mi vida no me considero rebelde", reflexiona sin dejar de reír. En Mi novia es la revolución, situada en 1993, interpreta a una adolescente que gusta del rock, se mete a las casas ajenas a robar y entabla una relación de amistad y amorosa con otra chica menor, apenas descubriendo la vida. Marcelino Islas es el director y su hija Sofía, de entonces 14 años, la coprotagonista. Había escenas donde Ana batallaba consigo misma: tenía la sensación de estar "maleducando" a su compañera de reparto y, por otro, le preocupaba que se le saliera la