Viaje a los orígenes de una mente criminal

La fascinación por lo prohibido, la complejidad de la psique humana y los conflictos morales son algunos de los motores que impulsan el éxito del cine de criminales. Saber lo que pensaba un ladrón antes de su asalto o qué motivos tenía un asesino son algunas de las interrogantes que se llenan con producciones actuales como Better call Saul, la precuela Breaking bad, que sigue la historia Jimmy McGill antes de convertirse en Saul Goodman, la cual obtuvo 53 premios Primetime y Creative Arts Emmy. El Padrino, uno de los mejores ejemplos del cine de gánsteres, de Francis Ford Coppola, recurrió a una segunda entrega en 1974 para explicar con flashbacks la historia de Vito Corleone antes de los sucesos de la primera entrega, algo que funcionó en taquilla generando 80 mil millones de dólares más que su presupuesto de creación. Recientemente, el caso de La Casa de Papel, la serie española que tras cinco temporadas estrenó Berlín, que se remonta a los años previos en los que gestó al asalto a la casa de moneda.