Yeri Mua causó revuelo al confesar que le hizo un “amarre” de amor a uno de sus exnovios. En el podcast Morras Malditas, de Érika Maldonado y Janis Mérida, la intérprete de “Chupón” confesó que ha hecho uso de la brujería. Según contó la “Bratz Jarocha”, en su estado es común que desde niños los lleven a hacerse “limpias” o que sus abuelas les quiten el “mal de ojo”. “La cultura que recibimos en Veracruz, yo creo que desde niños, es que nuestros papás nos lleven a ‘limpias’, que nuestras abuelitas nos lleven a que nos quiten el ‘mal de ojo’. Yo crecí viendo la magia. Y así fue como yo me hice más cercana a esos temas”, aseveró. Yeri contó que está muy relacionada con este tipo de prácticas, por lo que hace unos años no dudó en hacerle un “amarre” a un ex. Sin embargo, realizar este trabajo le costó la vida de una de sus mascotas. “Estaba recién dejada y muy herida, se volvió un capricho y una obsesión... Y, literal, como se hace un ‘amarre’, con los dos muñecos amarrados, la foto mía, lo enterré en un panteó
Yeri Mua practicó magia negra
Yeri Mua causó revuelo al confesar que le hizo un “amarre” de amor a uno de sus exnovios. En el podcast Morras Malditas, de Érika Maldonado y Janis Mérida, la intérprete de “Chupón” confesó que ha hecho uso de la brujería. Según contó la “Bratz Jarocha”, en su estado es común que desde niños los lleven a hacerse “limpias” o que sus abuelas les quiten el “mal de ojo”. “La cultura que recibimos en Veracruz, yo creo que desde niños, es que nuestros papás nos lleven a ‘limpias’, que nuestras abuelitas nos lleven a que nos quiten el ‘mal de ojo’. Yo crecí viendo la magia. Y así fue como yo me hice más cercana a esos temas”, aseveró. Yeri contó que está muy relacionada con este tipo de prácticas, por lo que hace unos años no dudó en hacerle un “amarre” a un ex. Sin embargo, realizar este trabajo le costó la vida de una de sus mascotas. “Estaba recién dejada y muy herida, se volvió un capricho y una obsesión... Y, literal, como se hace un ‘amarre’, con los dos muñecos amarrados, la foto mía, lo enterré en un panteó