¿A dónde va la gente?

El fenómeno migratorio existe en todo el mundo, sin embargo, son los países pobres y en vías de desarrollo los mayores expulsores de personas; de ahí los grandes éxodos que han atestiguado las naciones de origen, tránsito y destino como México. La migración es la herencia maldita del neoliberalismo, el rostro de la desigualdad que pinta de cuerpo entero un mundo desbocado por la ambición económica. Paradójicamente en tiempos de la globalización y de la mundialización, para una parte de los seres humanos el mundo es tan ajeno que ni siquiera pueden permanecer en sus lugares de origen porque la pobreza y la violencia los ha arrancado de tajo del suelo donde están sus raíces arrojándolos solos a ningún lado. Sí, solos en medio de una multitud de millones de desamparados a quienes tampoco nada les pertenece. Palabras más, palabras menos, dicen los teóricos que la mundialización es el proceso que ha estandarizado la integración de las sociedades y de las actividades económicas desde una dimensión mundial, y que ti