“La gente que regatea dice que es tierra, pero no es solo eso”, cuenta Martín Vázquez Juárez mientras continúa moviendo las manos para terminar al menos 40 cazuelas de barro crudas, para ganarse 10 pesos por cada una. Trabaja desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche en un cuarto de tepetate, en la comunidad de La Trinidad Tenexyecac; su padre fue quien le enseñó el oficio de la alfarería. Esta labor lo ayudó a sacar adelante a sus hijos, pero ahora le preocupa que las nuevas generaciones están abandonando la tradición para trabajar en las fábricas por un “sueldo seguro”. “Se está perdiendo nuestra alfarería porque es muy barato lo que pagan por pieza (...) La gente no valora el trabajo que hacemos: una cazuelita cuesta unos 35 pesos, pero a veces ni eso quieren pagar. Para poder ayudar a los alfareros compren cazuelitas, porque ahora están eligiendo el peltre o aluminio”, comenta. En su patio ha enfilado las cazuelas para que se sequen y las lleve a cocinar a otro taller con horno, porque en su casa
A veces, ni 35 pesos nos pagan por una pieza
“La gente que regatea dice que es tierra, pero no es solo eso”, cuenta Martín Vázquez Juárez mientras continúa moviendo las manos para terminar al menos 40 cazuelas de barro crudas, para ganarse 10 pesos por cada una. Trabaja desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche en un cuarto de tepetate, en la comunidad de La Trinidad Tenexyecac; su padre fue quien le enseñó el oficio de la alfarería. Esta labor lo ayudó a sacar adelante a sus hijos, pero ahora le preocupa que las nuevas generaciones están abandonando la tradición para trabajar en las fábricas por un “sueldo seguro”. “Se está perdiendo nuestra alfarería porque es muy barato lo que pagan por pieza (...) La gente no valora el trabajo que hacemos: una cazuelita cuesta unos 35 pesos, pero a veces ni eso quieren pagar. Para poder ayudar a los alfareros compren cazuelitas, porque ahora están eligiendo el peltre o aluminio”, comenta. En su patio ha enfilado las cazuelas para que se sequen y las lleve a cocinar a otro taller con horno, porque en su casa