Aborto: la nueva grieta que viene

El debate sobre el aborto ha demostrado en todo el mundo la explosividad suficiente para dividir por la mitad a sociedades completas, las que han caído en una profunda grieta causada por una mezcla envenenada de convicciones religiosas, estudios médicos y el ejercicio de un derecho por parte de las mujeres. En regiones completas del mundo —con claros manchones de rechazo al tema—, un sector sustantivo de mujeres, y de hombres convencidos de ello, ha logrado abrirse paso a fuerza de imponer reclamos largamente pospuestos en materia de libertades y demostrar la tragedia que ha representado siempre la tragedia de la interrupción del embarazo en condiciones de clandestinidad. La determinación de la Corte mexicana, apenas la semana pasada, al establecer que el aborto temprano no es una conducta criminal; derogar las leyes estatales que se oponen a ello, y disponer la liberación de toda mujer encarcelada por ese motivo, atrae ya una batalla cuyas dimensiones pueden ser imaginadas a raíz de la experiencia internaci