De manera silenciosa y a lo largo de más de un año, a partir de que fue nombrado secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ha ido creciendo progresivamente, a través de una operación política exitosa en el que se siente como pez en el agua. Es Adán Augusto el funcionario de mayor con confianza y lealtad del presidente Andrés Manuel López Obrador quien ofrece hasta seis mensajes en el día, genera polémica, pero también sabe conciliar, generar acuerdos, negociar, dialogar y mediar entre los Poderes. Es un hombre de pocas palabras, serio y muy inteligente, contador de anécdotas y gran promotor de las iniciativas del mandatario federal. Un secretario de Gobernación que ha dado más de lo que se esperaba, a través de una relación política cordial con gobernadores, alcaldes y partidos políticos, además con diversos sectores sociales. Al principio se mostraba renuente ante los cuestionamientos de los representantes de los medios de comunicación. Con respeto contestaba que no podía contestar: “Yo respe
Adán Augusto, el discreto presidenciable
De manera silenciosa y a lo largo de más de un año, a partir de que fue nombrado secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ha ido creciendo progresivamente, a través de una operación política exitosa en el que se siente como pez en el agua. Es Adán Augusto el funcionario de mayor con confianza y lealtad del presidente Andrés Manuel López Obrador quien ofrece hasta seis mensajes en el día, genera polémica, pero también sabe conciliar, generar acuerdos, negociar, dialogar y mediar entre los Poderes. Es un hombre de pocas palabras, serio y muy inteligente, contador de anécdotas y gran promotor de las iniciativas del mandatario federal. Un secretario de Gobernación que ha dado más de lo que se esperaba, a través de una relación política cordial con gobernadores, alcaldes y partidos políticos, además con diversos sectores sociales. Al principio se mostraba renuente ante los cuestionamientos de los representantes de los medios de comunicación. Con respeto contestaba que no podía contestar: “Yo respe