Advierten un desastre ecológico en Acapulco

El huracán Otis no solo destruyó casas, hoteles, restaurantes y comercios, también devastó la fauna y la flora del puerto. Los fuertes vientos de Otis dejaron pelones a casi todos los cerros. Ahora lucen como si los hubiera arrasado un incendio forestal: árboles secos, sin ramas ni hojas, solo troncos, y el concreto de las casas que quedaron en pie. La flora y la fauna son también los grandes damnificados. Son las 14:00 horas en Acapulco, el calor está en su punto más álgido, se suda a chorros. Esto no es raro en el puerto, es su clima regular; el problema es que ahora casi no hay árboles, hallar una sombra donde refugiarse es muy difícil. Acapulco quedó a la intemperie, expuesto a la inclemencia del sol. Para donde se mire hay igual cantidad de láminas y postes que árboles tirados. Muchos árboles, gigantes, árboles muy antiguos están derribados. El parque Papagayo, que era uno de los pulmones verdes del puerto con sus más de 22 hectáreas, quedó devastado, con miles de árboles caídos, lo que repercute en espe