Alicia Matías Teodoro, de 54 años, estaba en su puesto como checadora de transporte público, un trabajo que le permite conocer cada rincón del paradero de Santa Martha Acatitla. El miércoles, llevaba consigo a su nieta Jazmín, de dos años, a quien cuidaba mientras su hija trabajaba. “Mi hermana no tenía con quién dejarla, y mi mamá, siempre dispuesta, se la trajo al paradero”, cuenta Rosa Icela, hija de Alicia, con una mezcla de gratitud y dolor en la voz. Eran cerca de las 2 de la tarde, hora en la que Alicia suele terminar su turno. La rutina parecía intacta, entonces se escuchó un estruendo. Una pipa de gas volcó en uno de los accesos a la autopista México-Puebla, en las inmediaciones del Puente de la Concordia, justo en la zona donde estaba Alicia con la pequeña Jazmín. El fuego no dio tregua y en un acto reflejo, Alicia cubrió a su nieta con su propio cuerpo, enfrentando las llamas para salvarla. “Creo que alcanzó a tapar a la niña”, dice Rosa Icela, y en sus palabras hay orgullo, un reconocimiento silen
Alicia cubrió a su nieta para salvarle la vida
Alicia Matías Teodoro, de 54 años, estaba en su puesto como checadora de transporte público, un trabajo que le permite conocer cada rincón del paradero de Santa Martha Acatitla. El miércoles, llevaba consigo a su nieta Jazmín, de dos años, a quien cuidaba mientras su hija trabajaba. “Mi hermana no tenía con quién dejarla, y mi mamá, siempre dispuesta, se la trajo al paradero”, cuenta Rosa Icela, hija de Alicia, con una mezcla de gratitud y dolor en la voz. Eran cerca de las 2 de la tarde, hora en la que Alicia suele terminar su turno. La rutina parecía intacta, entonces se escuchó un estruendo. Una pipa de gas volcó en uno de los accesos a la autopista México-Puebla, en las inmediaciones del Puente de la Concordia, justo en la zona donde estaba Alicia con la pequeña Jazmín. El fuego no dio tregua y en un acto reflejo, Alicia cubrió a su nieta con su propio cuerpo, enfrentando las llamas para salvarla. “Creo que alcanzó a tapar a la niña”, dice Rosa Icela, y en sus palabras hay orgullo, un reconocimiento silen