AMLO y los gobernadores

La administración López Obrador ha empezado a dar señales de un giro dramático en la relación con los gobiernos estatales que ha estado vigente durante los últimos 25 años, desde el sexenio de Ernesto Zedillo. Más allá de la retórica sobre la agenda del día, se avizora una reforma de cómo se ejercerá el poder político y económico en el país y cuáles serán las nuevas fronteras para el federalismo mexicano, históricamente en permanente remodelación. Para bien o para mal, parece estar en proceso un quiebre de régimen. Se halla en marcha una centralización de los servicios de salud, que dio inicio en los ocho estados más pobres y se prevé extender al resto del país en los siguientes años. Está previsto que ello ocurra también con los programas de asistencia social, que serían diseñados y gestionados por instancias federales. Avanza, igualmente, un esquema de combate a la inseguridad que, con diversos eufemismos, propone un mando único con la subordinación de instancias locales. Especialistas han empezado a pregun