Anuncian “boicot” en funeral de Samir

Una lona se extiende con fuerza y sigue el féretro de Samir Flores Soberanes. La leyenda «Agua sí, termo no» cobra vida con los gritos de los dolientes y acompaña el cortejo fúnebre hasta el panteón local. Ese lema, dicen los dolientes, resume la lucha del joven herrero y provoca el dolor de sus familiares, amigos y vecinos, porque nadie logra desmentir las versiones que corren por el pueblo: el Estado mató a Samir por su activismo en contra de la termoeléctrica. Poco a poco se conocen más datos sobre el crimen perpetrado la madrugada del miércoles a las puertas de su domicilio, en esta comunidad indígena de la zona Oriente del estado. Samantha César, habitante de Amilcingo e integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla, Tlaxcala (FPDTA-MPT), principal agrupación que se opone a la planta, dice que los autores del asesinato dejaron estacionado su auto en la avenida Vinh Flores Laureano y caminaron hacia el segundo callejón de esa calle. Desde ahí llamaron a gritos a Samir