¿Autonomía real o constitucional?

Lograr que la educación en México sea un verdadero agente de transformación personal y social, reclama la participación libre de personas capaces y capacitadas, que conozcan las mejores prácticas por construir y a las que debemos aspirar, pero también el rostro multifacético de nuestra realidad que, si bien no admite recetas únicas, tampoco tolera el autoritarismo de un memorándum o la imposición de cuotas y cuates, como pretendía el gobierno federal con la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa. Solo en el ámbito educativo, la intentona de eliminar la autonomía universitaria; el memorándum presidencial que pretendía suplir a la Constitución y la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, son tres ejemplos de los intereses que mueven al gobierno federal: la concentración del poder, el desmantelamiento de las instituciones, la falta de respeto a la ley, así como la descalificación y, si se puede, la desaparición de sus contrapesos. Así, la decisión de desa