Bancarrota moral

El viernes pasado el Congreso de Estados Unidos aprobó 4,600 millones de dólares en fondos para financiar las actividades de seguridad nacional en la frontera con México, incluyendo dinero para atender la crisis humanitaria causada por la inmigración centroamericana. El voto en la Cámara de Representantes se dio en una guerra intestina entre fracciones del Partido Demócrata. La líder de los “diputados” federales, Nancy Pelosi, sufrió una sonora derrota al verse obligada a aceptar la iniciativa del Senado que incluye el financiamiento para que el gobierno continúe con su estrategia migratoria inhumana, sin imponer límites, estándares o controles sobre cómo se trata, se hospeda y procesa a los inmigrantes para evitar abusos. Y el hecho ocurrió, sí, en una batalla política doméstica que en esta ocasión se vio influida por un inesperado aliado de la Casa Blanca: el gobierno de México. Los legisladores demócratas, incluyendo a Pelosi, impulsaron una legislación que imponía controles y estándares sobre cómo tratar