Bolivia: la otra guerra, la disputa por la “verdad”

El problema no es México, o Bolivia, o la polarización, o la guerra informativa y la posverdad, sino la mezcla de todo ese conjunto de factores a la vez. En efecto, fue impactante atestiguar el domingo pasado cómo fueron sucediendo las cosas, no en Bolivia, sino en México. Ebrard no había anunciado nada aún acerca del asilo político para Evo Morales, cuando las opiniones en nuestro país al respecto de lo que allá ocurría, estaban ya formadas. Impresionante era observar las discusiones, el flujo de notas, datos, textos de análisis y tuits compartidos para respaldar la opinión del usuario en cuestión, solo para inmediatamente recibir, cual balazos en represalia, otros textos, análisis o tuits que respaldaban la opinión contraria. Esto —que quizás parecería normal en un entorno de deliberación democrática— necesita ser analizado dentro de un contexto mayor. Un primer factor que caracteriza el momento actual tiene que ver no solamente con el tamaño de la masa informativa a la que estamos sujetos, sino con la ampl