El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, rechazó este domingo que la aprobación en El Salvador de la reelección presidencial indefinida sea el “fin de la democracia”, al asegurar que las críticas a esa decisión se deben a que la tomó un país “pequeño y pobre”. En un trámite exprés el Congreso, dominado por el oficialismo, aprobó el jueves una reforma constitucional que permite la reelección indefinida, amplía el mandato de cinco a seis años y elimina la segunda vuelta electoral. En su primera reacción a la ola de críticas de organismos de derechos humanos internacionales, Bukele aseguró en la red social X que “90 % de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno, y nadie se inmuta”. “Pero cuando un país pequeño y pobre como El Salvador intenta hacer lo mismo, de repente es el fin de la democracia”, ironizó el mandatario de 44 años, quien llegó al poder en 2019 y fue reelegido en 2024 con un 85 % de votos que le permitió tener un control casi absoluto de todos los poderes d
Bukele niega que reelección sea fin de la democracia
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, rechazó este domingo que la aprobación en El Salvador de la reelección presidencial indefinida sea el “fin de la democracia”, al asegurar que las críticas a esa decisión se deben a que la tomó un país “pequeño y pobre”. En un trámite exprés el Congreso, dominado por el oficialismo, aprobó el jueves una reforma constitucional que permite la reelección indefinida, amplía el mandato de cinco a seis años y elimina la segunda vuelta electoral. En su primera reacción a la ola de críticas de organismos de derechos humanos internacionales, Bukele aseguró en la red social X que “90 % de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno, y nadie se inmuta”. “Pero cuando un país pequeño y pobre como El Salvador intenta hacer lo mismo, de repente es el fin de la democracia”, ironizó el mandatario de 44 años, quien llegó al poder en 2019 y fue reelegido en 2024 con un 85 % de votos que le permitió tener un control casi absoluto de todos los poderes d