Desde hace 65 años, la delegación de Chinas Oaxaqueñas de doña Genoveva Medina ha forjado a generaciones en el amor por la cultura y las tradiciones de Oaxaca, vistiendo a la ciudad de música y color, especialmente durante la Guelaguetza. Pavel de los Santos, de 23 años de edad, se sumó como farolero hace dos y comparte con EL UNIVERSAL su orgullo de portar trajes tradicionales que representan parte de la cultura. Donají Robles, de 31, de los cuales lleva seis siendo china oaxaqueña, indica que no hay una edad límite para hacerlo pues hay delegación juvenil, infantil y oficial. El grupo está conformado por unas 200 personas; sin embargo, la delegación que participa en los convites y sube al Cerro del Fortín durante la Guelaguetza es de 40 personas. Orgullo que se vive a diario Una vez dentro del grupo, al que solo entran personas nacidas en la ciudad de Oaxaca, la preparación es constante. Donají y Pavel coinciden en que conformar el grupo es parte de su vida diaria. “Ser china oaxaqueña es un sentimiento, un
Chinas oaxaqueñas, 65 años de vestir de identidad
Desde hace 65 años, la delegación de Chinas Oaxaqueñas de doña Genoveva Medina ha forjado a generaciones en el amor por la cultura y las tradiciones de Oaxaca, vistiendo a la ciudad de música y color, especialmente durante la Guelaguetza. Pavel de los Santos, de 23 años de edad, se sumó como farolero hace dos y comparte con EL UNIVERSAL su orgullo de portar trajes tradicionales que representan parte de la cultura. Donají Robles, de 31, de los cuales lleva seis siendo china oaxaqueña, indica que no hay una edad límite para hacerlo pues hay delegación juvenil, infantil y oficial. El grupo está conformado por unas 200 personas; sin embargo, la delegación que participa en los convites y sube al Cerro del Fortín durante la Guelaguetza es de 40 personas. Orgullo que se vive a diario Una vez dentro del grupo, al que solo entran personas nacidas en la ciudad de Oaxaca, la preparación es constante. Donají y Pavel coinciden en que conformar el grupo es parte de su vida diaria. “Ser china oaxaqueña es un sentimiento, un