Clasificar especies y adaptar el lugar, el nuevo reto

“A quién vas a entrevistar si ya no hay nadie, a menos que sea a una guacamaya grandota que hay por allá”, dice un marino en la primera revisión de seguridad en la octava Zona Naval en el puerto de Mazatlán antes de abordar un buque con dirección a Islas Marías. Tenía razón, el lugar que había servido como Centro Penitenciario por más de 100 años terminó sus funciones y ahora será un espacio de excursión para niños y jóvenes, a fin de que conozcan el lugar que ha sido clasificado como Reserva de la Biosfera. A la llegada, que ya es de noche por las siete horas en buque sobre el océano Pacífico, las especificaciones antes de pisar tierra firme en la Isla Madre y donde se centra el ex complejo penitenciario son: “Aquí hay especies endémicas, hay serpientes, se sugiere por seguridad que no se separen del grupo”. Los dormitorios de los exinternos del Centro Penitenciario sirven ahora para alojar a los visitantes donde las hormigas hacen festín sobre cualquier alimento que se deje descubierto, algunas lagartijas i