Corea del Norte: ¿hacia el equilibrio de terror?

Estamos en una espiral ya conocida. La espiral se alimenta por el esfuerzo de Corea del Norte para progresar en su programa nuclear y en su programa de misiles, y por las acciones que la comunidad internacional empujada por Estados Unidos y sus aliados han implementado para tratar de evitar que ese progreso continúe. Cada vez que Pyongyang demuestra que sigue avanzando en sus metas, se intenta alguna medida: sanciones económicas, diplomáticas, ejercicios y despliegues militares, entre otras, para buscar producir un cambio de conducta por parte de Corea del Norte. Kim, en cambio, responde con mensajes que demuestran que sabe muy bien hasta dónde puede llegar y escala la guerra de nervios, algo para lo que ha resultado bastante efectivo. Esa espiral de pronto se enfría y da algunas señales de distensión, para posteriormente volver a detonarse, pero ahora en niveles superiores. Hoy hay dos variables que no estaban presentes en otros momentos de crisis. Por un lado, Corea del Norte, ahora sí, cuenta ya con misile