Dan nueva vida a pueblos originarios

En las calles del barrio San Bartolomé, en Mixquic, decenas de muralistas decoran con entusiasmo -y a marchas forzadas- cientos de glifos de colores, pintan murales y arreglan fachadas. Este es uno de los siete pueblos originarios de Tláhuac que está próximo a convertirse en el siguiente Yólotl-Anáhuac, una iniciativa impulsada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, para recuperar y darle una nueva vida a los pueblos originarios de la capital. “Yólotl-Anáhuac tiene el objetivo de dar identidad a la comunidad a través de la iconografía propia, por medio de zócalos (o medallones) y de la decoración de cenefas y fachadas y algunos murales, (...) cada barrio tiene su mayordomía, ellos organizan tanto festividades como cuestiones culturales”, cuenta Gisela Romero, una de las seis gestoras de la Secretaría de Cultura encargadas del proyecto en este pueblo. Los trabajos iniciaron en marzo y deberán estar listos para julio próximo: en total se intervendrán 30 kilómetros (60 si se cuentan ambas aceras). Como parte de