Derecho

No cabe duda que ninguna sociedad se encuentra preparada para una catástrofe y mucho menos para la potencial extinción de la vida. Todos los esfuerzos de las sociedades modernas se encuentran orientados más bien, hacia la búsqueda del desarrollo y la prosperidad, suponiendo que más allá de los acontecimientos vitales que escapan a nuestro control, la vida habrá de continuar. Precisamente por ello, la pandemia del Covid-19 ha desvelado que el derecho tampoco se encuentra preparado para enfrentar con prontitud y eficacia este tipo de situaciones extremas derivadas de emergencias sanitarias, ni tampoco las que provienen de cataclismos naturales, calamidades públicas o conflagraciones armadas.  Nuestro orden constitucional contiene unas pocas disposiciones para que desde el gobierno se pueda enfrentar este tipo de situaciones, inicialmente a través de una declaratoria que autoriza una acción más libre y discrecional de la autoridad mediante la suspensión de derechos y garantías, y enseguida con la previsión del C