Dinero a las escuelas sí, pero no así

En su informe-mitin del 1º de julio, el presidente López Obrador le dedicó poca atención al tema educativo. Hubo una excepción notable: el anuncio de un nuevo programa, denominado "La Escuela es Nuestra", que consistirá en establecer comités de maestros, alumnos y padres de familia en cada escuela y entregarles recursos de manera directa, «sin intermediarios», para la construcción, la reparación de aulas y el mantenimiento de las escuelas públicas del país. Es una buena idea, hasta cierto punto. Y lo es en buena medida porque no se trata de una ocurrencia en el vacío sino de una innovación que combina dos prácticas exitosas del pasado reciente: la transferencia de recursos directos a las escuelas y la asignación de funciones de contraloría social a la comunidad escolar. La premisa en la que descansa esta propuesta fue el eje conceptual del Programa de la Reforma Educativa, lamentablemente borrado de un plumazo por la administración actual: las comunidades escolares son quienes mejor conocen sus necesidades y