Discriminación oculta

Las palabras que las personas asocian con diferentes grupos sociales ya no son tan discriminatorias y tajantes como un siglo atrás, pero las creencias perniciosas y discriminatorias subyacentes persisten. Desde cualquier punto de vista, el último siglo testifica un inmenso progreso para las personas de color, mujeres, personas con discapacidades, comunidad LGBTQI+ y otros grupos sociales marginados. Sin embargo, los estereotipos dañinos persisten. La manera como se refieren a ellos lo evidencia. Las palabras que usan para describir a diferentes grupos, lo que manifiestan, reflejan sorprendente contenido latente. En este suelen pervivir prejuicios, descalificaciones y una acendrada discriminación. Así, algunos arquetipos se consolidan. Por ejemplo, los afroamericanos se tildaban de perezosos en 1900. Hoy los llaman indefensos, pero ambas palabras manifiestan un sentido negativo de incompetencia. Un ejemplo más claro está en las mujeres, a las que se les acuñó el término de histéricas. Hoy se les llama emociona