Educación: el riesgo de la pureza

La literatura, si es buena, suele darnos claves con las que entender la vida en el terreno del transcurrir individual o el colectivo. Para lo que acontece en la educación en México, un fragmento de El nombre de la rosa, de Humberto Eco, es un ejemplo. Guillermo de Baskerville es el fraile franciscano encargado de indagar lo que ocurre en un convento donde se han cometido varios crímenes. Le acompaña su discípulo, Adso de Melk. En un momento de la narración, Guillermo sorprende a Adso, y al lector, pues le dice, reflexivo, que tenga mucho cuidado con la pureza y las personas que creen ser puras. ¿Acaso la pureza no es una virtud? piensa Adso. Con franqueza, el fraile en formación pregunta a su tutor: “¿Qué es lo que más os aterra de la pureza?” Y Guillermo responde, seco: “La prisa”. Enorme lección: si alguien se aprecia puro, seguidor a pie juntillas de una verdad incuestionable, considera toda pregunta, duda o crítica como amenaza; en aras de sostener su dicho descalifica a todo el que difiera y –si tiene po