Una promesa firmada por más de 190 países para proteger el 30 % del océano antes de 2030 está peligrosamente lejos de cumplirse. A cinco años de la fecha límite, apenas el 8 % del océano global cuenta con algún tipo de protección, y menos del 3 % está totalmente resguardado. La meta conocida como 30x30 no es solo una cifra simbólica: es una línea de defensa vital frente al colapso ecológico y pesquero que amenaza al planeta. ¿Qué se está esperando? Las Áreas Marinas Protegidas (AMP) son, según la ciencia, una de las herramientas más eficaces para restaurar la vida marina. Pero en la práctica, los avances son lentos, desiguales y, en muchos casos, superficiales. ¿Por qué, entonces, se sigue sin proteger el océano como se merece? Hay tres grandes barreras: desconocimiento, burocracia y falta de visión económica. Primero, la ignorancia colectiva. El océano sigue siendo, para muchos, un territorio invisible. Fuera de la vista, fuera de la mente. Pero está en crisis: la sobrepesca, el turismo intensivo, el cambio
El océano como activo político
Una promesa firmada por más de 190 países para proteger el 30 % del océano antes de 2030 está peligrosamente lejos de cumplirse. A cinco años de la fecha límite, apenas el 8 % del océano global cuenta con algún tipo de protección, y menos del 3 % está totalmente resguardado. La meta conocida como 30x30 no es solo una cifra simbólica: es una línea de defensa vital frente al colapso ecológico y pesquero que amenaza al planeta. ¿Qué se está esperando? Las Áreas Marinas Protegidas (AMP) son, según la ciencia, una de las herramientas más eficaces para restaurar la vida marina. Pero en la práctica, los avances son lentos, desiguales y, en muchos casos, superficiales. ¿Por qué, entonces, se sigue sin proteger el océano como se merece? Hay tres grandes barreras: desconocimiento, burocracia y falta de visión económica. Primero, la ignorancia colectiva. El océano sigue siendo, para muchos, un territorio invisible. Fuera de la vista, fuera de la mente. Pero está en crisis: la sobrepesca, el turismo intensivo, el cambio