El Papaloapan sobrevive ante la mala atención

Todos los días Hugo Bautista traslada a unas 200 personas a través de las aguas del río Papaloapan a bordo de su lancha, la única que presta el servicio de transporte marítimo de Tuxtepec, Oaxaca. Para cientos de habitantes de las colonias de los márgenes del afluente, esta sigue siendo la forma ideal para llegar a trabajar y estudiar al centro de la ciudad, por lo que cruzan el río a la altura del punto conocido como Paso Real. Todos los días, Hugo Bautista también es testigo desde su lancha de la muerte lenta del majestuoso río de Las Mariposas, el significado original de los vocablos del náhuatl “Papalotl” y “Apan” que conforman su nombre actual: Papaloapan. Concesionario de este medio de transporte desde hace más de 30 años, Hugo aún recuerda aquel río de aguas bravas y profundas antes de la construcción de la presa Miguel de la Madrid, que cerró sus cortinas en 1985. Tampoco ha olvidado que antes de la llegada de la Cervecera del Trópico, en los años 80, y el crecimiento desmedido de la población el aflu