En seguridad pública: incompetencia y abdicación

La Encuesta de Victimización y Seguridad del Inegi, mide la opinión que se tiene de la seguridad en el país. Siendo una medición rigurosa para alimentar y actualizar diagnósticos, debió servir a las autoridades y expertos de la materia para utilizarla en beneficio de la ciudadanía. Lejos de ello, ha sido ignorada. El gobierno carece de programas, proyectos y lo que es peor, compromiso y convicción de utilizar los recursos legales y constitucionales a su alcance para controlar el nuevo auge de la delincuencia, la responsable de asaltos, homicidios, secuestros, extorsiones y a la que ahora se suma la manifestación violenta y la resistencia de grupos anarquistas, el comercio informal, huachicoleros e invasores de predios, todas ellas expresiones de una delincuencia “social” que desafía espacios públicos y privados, crece e impone a los ciudadanos la violencia. Ante la falta evidente de ideas y de un programa de acción, se opta por chistoretes —“abrazos y no balazos”— y la puntada de acusar a los delincuentes con