El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Ramón Castro Castro, afirmó que el caso de su homólogo Salvador Rangel, obispo emérito de Chilpancingo, tiene una característica de persecución y acusó la puesta en marcha de una fábrica de miles de bots de “ya saben quién” para atacar a la Iglesia. Desde la catedral de Cuernavaca, Castro Castro afirmó que el tema de monseñor Salvador Rangel, reportado desaparecido desde el sábado 27 de abril y encontrado el lunes 28 en el hospital general de Cuernavaca, ha sido tomado como un instrumento político. En su homilía compartió con alegría la declaración de ayer del fiscal general, Uriel Carmona Gándara, en el sentido de que existen todos los elementos de un secuestro exprés. “Le digo, ¿tiene pruebas?”, dice que le preguntó. “Tengo todos los videos”, le respondió el fiscal. En todo caso, subrayó el jerarca católico, si monseñor Salvador Rangel “eventualmente hubiera algo que acusar, la Iglesia tiene su derecho canónico, la ley de la Iglesia es fuerte
Episcopado acusa persecución política
El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Ramón Castro Castro, afirmó que el caso de su homólogo Salvador Rangel, obispo emérito de Chilpancingo, tiene una característica de persecución y acusó la puesta en marcha de una fábrica de miles de bots de “ya saben quién” para atacar a la Iglesia. Desde la catedral de Cuernavaca, Castro Castro afirmó que el tema de monseñor Salvador Rangel, reportado desaparecido desde el sábado 27 de abril y encontrado el lunes 28 en el hospital general de Cuernavaca, ha sido tomado como un instrumento político. En su homilía compartió con alegría la declaración de ayer del fiscal general, Uriel Carmona Gándara, en el sentido de que existen todos los elementos de un secuestro exprés. “Le digo, ¿tiene pruebas?”, dice que le preguntó. “Tengo todos los videos”, le respondió el fiscal. En todo caso, subrayó el jerarca católico, si monseñor Salvador Rangel “eventualmente hubiera algo que acusar, la Iglesia tiene su derecho canónico, la ley de la Iglesia es fuerte