Espionaje a periodistas, práctica sin fin en AL

Espiar a periodistas se volvió hace más de 50 años en platillo predilecto del menú de los aparatos políticos, militares, policiales y judiciales de inteligencia, así como de contrainteligencia de los gobiernos de izquierda, derecha y centro de América Latina y El Caribe. La revista «Semana», de Bogotá, reveló el pasado viernes que, en un minucioso despliegue de vigilancia y control, la inteligencia castrense de Colombia hizo seguimiento informático en 2019 a unos 50 reporteros locales y foráneos, a unos 80 políticos, funcionarios y colectivos no estatales de ese país para crearles expedientes con perfiles, datos, actividades y contactos. El presidente Iván Duque prometió castigar a los culpables de un caso que generó revuelo político, coincidió con la conmemoración ayer domingo del Día Mundial de la Libertad de Prensa y se sumó a una voluminosa carpeta en el historial hemisférico de asedio al gremio. El impacto de las interceptaciones se refleja en “el miedo y la prevención” que genera en periodistas y fuente