Ética gubernamental

Hace unos días, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, quien actualmente preside la Conago, convocó a sus pares, los ejecutivos estatales, a diseñar y comprometerse con un código de ética para enfrentar el mal de la corrupción. En su opinión, la solución está en el ámbito de la ética, es decir, en el campo de los valores morales que guían la actuación de quienes nos gobiernan. Por supuesto que los valores y principios detrás de las conductas de los gobernantes pueden hacer la diferencia entre una autoridad comprometida con el apego estricto a los dictados de las normas y una que busca rendijas y atajos para beneficiarse personalmente del poder. No podemos sino darle la bienvenida a convocatorias como ésta para discurrir desde distintas ópticas cómo combatir el tsunami de la corrupción y la impunidad que nos ahogan. El reclamo de Graco Ramírez es que no todos los gobernadores son corruptos, a pesar de la larga lista de sus exhomólogos que están siendo investigados, o que ya están consignados, por responsabil