Evaluación de trayectorias de aprendizaje

Las decisiones educativas tienen impactos duraderos que afectan la vida de los niños y jóvenes. Por ello, apostar por una educación basada en evidencias es imprescindible. Este enfoque parte del reconocimiento de que no toda idea o intuición sobre cómo se aprende es correcta. Lo que distingue al conocimiento científico de otras formas de saber es su carácter sistemático y verificable. No basta con que algo “parezca funcionar”; se requiere que se haya comprobado mediante métodos rigurosos y que los resultados sean replicables. Este proceso es esencial tanto para la producción científica en general, como para la enseñanza en particular: no se trata solo de transmitir datos, sino de formar capacidades cognitivas para interpretar, cuestionar y aplicar esos datos de forma significativa. Cuando las decisiones educativas se basan en evidencia sólida, se incrementan las probabilidades de mejorar los aprendizajes y reducir brechas entre los alumnos de distintas clases sociales. Adoptar una educación basada en evid