Focos rojos en el proceso electoral

Como es bien conocido por la opinión pública, con base en datos oficiales referente a las tasas de carpetas de investigación, 2017 resultó el año más violento de la historia reciente del país, dado que su tasa de homicidio y robo a negocio superó la de los últimos 21 años. Si se compara 2016 contra los datos de 2017, la tasa de homicidio doloso creció 22.08%, de homicidio culposo 5.86%, de extorsión 6.17%, de robo con violencia 34.13%, de robo de vehículo 14.37%, de robo a casa habitación 0.27%, de robo a negocio 27.76%, de robo a transeúnte 24%. La forma en la que ha evolucionado la incidencia delictiva en el país pone en evidencia que la violencia ya no es monopolio de la delincuencia organizada, que el discurso que repetía que los homicidios “son ajustes de cuentas entre delincuentes”, ya no es vigente; que relativizar datos y estadísticas, achacando todo al negocio del narcotráfico ya no funciona, aun cuando la violencia desatada por la criminalidad organizada sigue causando terribles estragos. Debemos re