La iniciativa republicana en el Congreso de Estados Unidos que propone imponer un gravamen de 5 % a las remesas enviadas desde ese país al extranjero, ha sido presentada como un instrumento para reforzar la seguridad fronteriza y financiar recortes fiscales permanentes. Pero bajo ese barniz de política económica se esconde una medida con implicaciones directas y desproporcionadas para una sola comunidad, la de los inmigrantes indocumentados, y otra con implicaciones criminales, en beneficio del narco. La propuesta, incluida dentro del paquete fiscal conocido como “El Único, Grande y Hermoso Proyecto de Ley”, y que debe ser votada en el pleno de la Cámara Baja, establece que toda persona que no sea ciudadana o nacional estadounidense pagará un impuesto de 5 % sobre el monto total que envíe fuera del país, sin importar si su estatus migratorio es legal o no. A primera vista, parece un gravamen universal, pero “el verdadero objetivo es castigar económicamente a los indocumentados”, dice el economista Iván Jiméne
Gravamen a remesas, mina de oro para el narco
La iniciativa republicana en el Congreso de Estados Unidos que propone imponer un gravamen de 5 % a las remesas enviadas desde ese país al extranjero, ha sido presentada como un instrumento para reforzar la seguridad fronteriza y financiar recortes fiscales permanentes. Pero bajo ese barniz de política económica se esconde una medida con implicaciones directas y desproporcionadas para una sola comunidad, la de los inmigrantes indocumentados, y otra con implicaciones criminales, en beneficio del narco. La propuesta, incluida dentro del paquete fiscal conocido como “El Único, Grande y Hermoso Proyecto de Ley”, y que debe ser votada en el pleno de la Cámara Baja, establece que toda persona que no sea ciudadana o nacional estadounidense pagará un impuesto de 5 % sobre el monto total que envíe fuera del país, sin importar si su estatus migratorio es legal o no. A primera vista, parece un gravamen universal, pero “el verdadero objetivo es castigar económicamente a los indocumentados”, dice el economista Iván Jiméne