Había una vez… un Sistema llamado Anticorrupción

Lo que parecía ser la puesta en marcha de la anhelada estrategia para combatir el llamado cáncer de la sociedad, la corrupción, permanece ahora en un letargo que amenaza la posibilidad para la sociedad mexicana de contar con un instrumento potente para la consolidación de instituciones eficientes. A cinco años de su creación, el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) no ha significado ninguna diferencia sustancial para prevenir y sancionar faltas y hechos de corrupción. Esto a pesar de que la corrupción fuera la principal apuesta de la campaña del actual presidente de México. Ya sea porque el diseño y la aprobación del SNA fue producto de negociaciones entre fuerzas políticas y poderes no sólo ajenos, sino contrarios a él, o porque en realidad no lo estima adecuado (pudiera tener razón), Andrés Manuel López Obrador ha llegado a cuestionar su utilidad y tildarlo de ser una “simulación”. Sin hacer referencia ni impulsar esfuerzo significativo alguno con respecto al SNA, incluso a su margen, en lo que va de la a