Hacinamiento asfixia a cárceles de Filipinas

Los gobiernos de los países del sureste asiático se caracterizan por su tolerancia cero con las drogas. En los últimos años, los sucesivos gobiernos de Filipinas reforzaron las leyes contra los que venden y consumen todo tipo de sustancias prohibidas. En este archipiélago, con más de siete mil islas, quien trata con estupefacientes corre el riesgo de sufrir penas severas, incluso cadena perpetua. Actualmente las cárceles están hacinadas como nunca antes y en un alto porcentaje los presos son condenados por delitos relacionados con drogas. El Instituto Correccional de Mujeres de Mandaluyong, una ciudad al este de la capital del país, Manila, es una de las dos prisiones para mujeres de Filipinas. La otra se encuentra en la ciudad de Davao. Se está construyendo una tercera cárcel en la ciudad de Mindoro, que estará activa en unos pocos meses. Así, serán tres las instituciones donde estarán encarceladas las detenidas de un país, que cuenta con más de 100 millones de habitantes. Neil Buot es el inspector general y