Incineran cuerpos sin obtener ADN

El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (ICJF) incineró decenas de cuerpos no identificados sin obtener su ADN, dejó todo a la confianza de reconocer familiares en fotografías y la fe de creer que una bolsa llena de cenizas era el ser buscado, es el caso de Ana Enamorado, una hondureña que rechazó aceptar unas cenizas que según el ICJF son de su hijo Óscar, desaparecido el 19 de enero de 2010. Óscar gustaba del deporte y quería ser abogado. En 2008 huyó de la violencia de San Pedro Sula y llegó a Estados Unidos, pero unos amigos lo invitaron a trabajar en México y migró a Jalisco. El 19 de enero de 2010 se comunicó con su madre: “Estoy como en una isla. Me cambié de lugar, no te preocupes, aquí voy a trabajar unos meses”. La llamada se cortó. Ana insistió, pero nunca entró su llamada de regreso. Se enteró que su hijo llamó desde la comunidad de El Carrizo, en San Sebastián del Oeste, un municipio montañoso de Jalisco, a 70 kilómetros de Puerto Vallarta. Desde Honduras, Ana inició la búsqueda de su único