Infanticidios, tragedia que no cede

Van nueve asesinatos, de los muchos que han sacudido a la sociedad en apenas mes y medio de 2025, confirman que la violencia que México padece desde ya hace varios años se ensaña en dos de los grupos de la población más vulnerables: la infancia y adolescencia. El primer caso, el atentado contra una familia en Culiacán, Sinaloa, que cobró la vida de un padre, sus dos hijos menores de 9 y 12 años, y de otro joven familiar que viajaba con ellos, de 17 años. El crimen de los menores de edad desató una movilización ciudadana que exige la renuncia del gobernador del Estado, Rubén Rocha Moya. La misma indignación generó el homicidio de Mateo, de 12 años, ultimado en León apenas el 4 de febrero, presuntamente por el médico identificado como Christian Augusto “N”. En otro crimen múltiple, tres menores, uno de 12 y dos de 14, fueron asesinados, uno de ellos torturado previamente, presuntamente por grupos del crimen organizado, el 11 de febrero en Guerrero. Estos homicidios se enmarcan en una creciente ola de violencia