Inseguridad y desconfianza

Es la seguridad. No hay duda. Allí está la primera y urgente demanda de la población. Por ello el próximo gobierno federal perfila decisiones de fortalecimiento y reconversión institucional orientadas a restablecer la paz y la tranquilidad pública. Asumir el desafío implicará atender las múltiples causas y consecuencias de la inseguridad, las que se manifiestan brutalmente en los linchamientos, que son, a su vez, síntesis y alerta de la descomposición social producto de una atmósfera de inseguridad constante. Cuando el Estado es real o aparentemente rebasado por la delincuencia, cuando la respuesta policial o de procuración de justicia es la incompetencia, la apatía, la corrupción y la impunidad, solemos emprender acciones preventivas o defensivas. Por ejemplo, modificar hábitos, aumentar precauciones y medidas de seguridad personal y patrimonial. En el extremo, hay quienes aplican la justicia por propia mano.   Dos eventos recientes ilustran el fenómeno: En un caso, los pobladores sacaron a las víctimas de l