¿Inversión china o alineación con el T-MEC?

Los últimos meses han sido testigos de una nueva dinámica en el comercio internacional, con China en el ojo del huracán, y que podría reconfigurar las cadenas globales de proveeduría en la industria automotriz. Hacia finales de 2023, la Unión Europea inició una investigación ante la posibilidad de que varios fabricantes de autos chinos estuvieran recibiendo subsidios por parte del gobierno de ese país. Dicha investigación terminó derivando, hace algunos meses, en un aumento de aranceles a los automóviles eléctricos chinos exportados a Europa. La decisión de los aranceles, que van de 18 a 38, básicamente dependió del grado de cooperación de los distintos fabricantes en la investigación. En paralelo, el gobierno de Joe Biden decidió en mayo pasado imponer aranceles de más de 100 % a todo vehículo eléctrico importado de China, sin importar la marca. Una decisión similar ha sido tomada por el gobierno canadiense de Trudeau ante el creciente interés de BYD y otros fabricantes chinos por entrar a este mercado norte