En México, 2025 termina con un recordatorio: la igualdad de género todavía no es un hecho económico. Los datos más recientes muestran que la participación laboral femenina cayó a 46.3 %, mientras la masculina se mantiene cercana a 76.2 % (Inegi). Menos de la mitad de las mexicanas en edad productiva están en el mercado laboral, y esa brecha, casi 30 puntos porcentuales, no solo es una injusticia, sino un freno estructural para el crecimiento del país. Del total de personas ocupadas (59.4 millones en ese trimestre), 24.3 millones fueron mujeres y 35.1 millones hombres. Además, la tasa de informalidad laboral llegó al 54.8 % en abril-junio, lo que implica que más de la mitad de quienes trabajan lo hacen en condiciones que limitan su seguridad, derechos y perspectiva de futuro. El estancamiento de la participación femenina requiere ser leído junto a otras tendencias estructurales que marcarán la agenda de 2025. Frente a esta realidad, este año nos ofrece aprendizajes clave. El primero es que la inclusión fina
Invertir en mujeres, no puede postergarse
En México, 2025 termina con un recordatorio: la igualdad de género todavía no es un hecho económico. Los datos más recientes muestran que la participación laboral femenina cayó a 46.3 %, mientras la masculina se mantiene cercana a 76.2 % (Inegi). Menos de la mitad de las mexicanas en edad productiva están en el mercado laboral, y esa brecha, casi 30 puntos porcentuales, no solo es una injusticia, sino un freno estructural para el crecimiento del país. Del total de personas ocupadas (59.4 millones en ese trimestre), 24.3 millones fueron mujeres y 35.1 millones hombres. Además, la tasa de informalidad laboral llegó al 54.8 % en abril-junio, lo que implica que más de la mitad de quienes trabajan lo hacen en condiciones que limitan su seguridad, derechos y perspectiva de futuro. El estancamiento de la participación femenina requiere ser leído junto a otras tendencias estructurales que marcarán la agenda de 2025. Frente a esta realidad, este año nos ofrece aprendizajes clave. El primero es que la inclusión fina