La ausencia de Estado

A casi una semana de que el huracán Otis golpeara con una fuerza descomunal y vientos de 300 kilómetros por hora a la ciudad de Acapulco, la inoperancia del gobierno ha sido notoria. La población no fue alertada de la fuerza del fenómeno. La rápida evolución del huracán hizo todo más complicado, pero incluso cuando ya había información sobre el peligro que Otis implicaba no hubo advertencias. La gente no pudo refugiarse ni comprar víveres, ni ponerse en contacto con sus familiares y pensar en planes de acción. Nada. La gobernadora, desaparecida. La alcaldesa, también. Protección civil, quién sabe dónde. El Estado brilló por su ausencia. Pasado el huracán, la nula atención al desastre. No es el propósito de alabar otras épocas, pero sí hay que reconocer cuando las cosas funcionaban y el mejor ejemplo es el Fonden. El Fonden de antaño era un fideicomiso, con recursos propios y reglas de operación específicas que permitían la liquidez de los recursos prácticamente de forma inmediata una vez que se emitía la d