La Suprema Corte de Justicia tenía todo listo para pronunciarse sobre la prisión preventiva oficiosa. Se trataba de cumplir una sentencia internacional, corregir un exceso del sistema penal mexicano y mandar un mensaje de compromiso con los derechos humanos y con la Constitución. Pero no lo hará. Una vez más, se aplazará la discusión. Y esta vez con un objetivo evidente: que ya no sea esta Corte, plural y autónoma, la que resuelva, sino otra, mayoritariamente alineada con el régimen. Aunque el diferimiento se justificará con pretextos administrativos -ya no dio tiempo-, el mensaje no puede ser más claro. Los ministros que se van no quieren que esta integración resuelva. Prefieren que lo haga la próxima, con mayoría afín a quienes desde hace meses ha defendido la prisión automática para un gran número de delitos. La Corte se rendirá antes de pelear; estaba a punto de corregir una de las prácticas más regresivas del sistema penal y lo iba a hacer con argumentos, con jurisprudencia y con autoridad moral. Pero
La Corte ¿se rendirá antes de pelear?
La Suprema Corte de Justicia tenía todo listo para pronunciarse sobre la prisión preventiva oficiosa. Se trataba de cumplir una sentencia internacional, corregir un exceso del sistema penal mexicano y mandar un mensaje de compromiso con los derechos humanos y con la Constitución. Pero no lo hará. Una vez más, se aplazará la discusión. Y esta vez con un objetivo evidente: que ya no sea esta Corte, plural y autónoma, la que resuelva, sino otra, mayoritariamente alineada con el régimen. Aunque el diferimiento se justificará con pretextos administrativos -ya no dio tiempo-, el mensaje no puede ser más claro. Los ministros que se van no quieren que esta integración resuelva. Prefieren que lo haga la próxima, con mayoría afín a quienes desde hace meses ha defendido la prisión automática para un gran número de delitos. La Corte se rendirá antes de pelear; estaba a punto de corregir una de las prácticas más regresivas del sistema penal y lo iba a hacer con argumentos, con jurisprudencia y con autoridad moral. Pero