La delincuencia ha existido siempre y se ha considerado un problema social marginal. Se deriva de la natural ambición humana de pretender tener más, aún a costa de quitárselo a otras personas. Sin embargo, siempre el estado —a partir de las leyes que respaldan el orden jurídico—, se ha encargado de disuadir a los delincuentes utilizando el poder coercitivo del castigo corporal, representado por la privación de la libertad. Quien infringe la ley siempre ha estado consciente de haber realizado una acción moralmente reprobable y merecedora de un castigo. Sin embargo, en estos últimos cinco años —de este gobierno— ha habido un giro moral de consecuencias insospechadas. Desde que se iniciaron las mañaneras, éstas se han convertido en el púlpito donde se señala y juzga a los malos ciudadanos y se absuelve a quienes el presidente protege, sin más argumentación que el criterio personal del primer mandatario. La insidia que forma parte de la trasnochada ideología de la “lucha de clases” —que inicia con la victimizació
La descomposición moral de la sociedad
La delincuencia ha existido siempre y se ha considerado un problema social marginal. Se deriva de la natural ambición humana de pretender tener más, aún a costa de quitárselo a otras personas. Sin embargo, siempre el estado —a partir de las leyes que respaldan el orden jurídico—, se ha encargado de disuadir a los delincuentes utilizando el poder coercitivo del castigo corporal, representado por la privación de la libertad. Quien infringe la ley siempre ha estado consciente de haber realizado una acción moralmente reprobable y merecedora de un castigo. Sin embargo, en estos últimos cinco años —de este gobierno— ha habido un giro moral de consecuencias insospechadas. Desde que se iniciaron las mañaneras, éstas se han convertido en el púlpito donde se señala y juzga a los malos ciudadanos y se absuelve a quienes el presidente protege, sin más argumentación que el criterio personal del primer mandatario. La insidia que forma parte de la trasnochada ideología de la “lucha de clases” —que inicia con la victimizació