La deuda con los jóvenes

Una de las grandes deudas de la historia económica reciente es haber fallado en la inclusión de los jóvenes al aparato productivo. A pesar de que México ha tenido un bono demográfico (la población económicamente activa es mayor que la no activa), no se construyeron las bases para aprovecharlo. Ahora, tenemos una última oportunidad para que la fuerza de la juventud se convierta en un motor de desarrollo en el país. No hay tiempo que perder. En los próximos años, la proporción de la población económicamente activa va a empezar a disminuir gradualmente, mientras que la de mayores de 65 años empezará a aumentar, poniendo a México en una situación vulnerable, con mayor presión de recurso para pensiones y menor capacidad de ahorro e inversión. Por ello, es fundamental que se tomen acciones inmediatas para incorporar a los jóvenes a la actividad económica. En el sector privado tenemos la firme convicción de trabajar para que los jóvenes encuentren puertas abiertas al empleo. Con ese objetivo, llevamos trabajando má