La hipócrita guerra contra las armas

Al iniciar su gestión, hace casi ocho meses, el gobierno de López Obrador encontró que durante la administración Peña Nieto virtualmente fue desmantelada la estrategia para el decomiso de armas ilegales, al grado de representar menos del 30% de los arsenales incautados por su antecesor, Felipe Calderón. Mientras en el pasado sexenio se alcanzó el máximo nivel histórico de muertes violentas, con más de 30 mil en 2017, las cifras de decomisos efectuados por operativos militares y civiles entre 2013 y 2018 apenas llegó a 35,371 armas, contra 126,847 aseguradas entre 2007 y 2012, de acuerdo con cifras dadas a conocer recientemente por la cancillería mexicana, que encabeza Marcelo Ebrard. El negocio de la venta ilegal de armas a México supone una historia de cinismo e impunidad en el lado mexicano, con policías y militares mirando hacia otro lado cuando cargamentos cruzan la frontera. Abundan reportes de jefes policiacos o militares, en activo o retirados, que proveen arsenales a cárteles o sicarios. Pero la gran